El asma y el EPOC son enfermedades respiratorias crónicas que afectan a millones de personas en todo el mundo. Aunque comparten algunas similitudes, existen importantes diferencias entre ambas afecciones.
El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias que genera estrechetez, causando dificultad para respirar y opresión en el pecho. Puede desencadenarse por diferentes factores, como alérgenos (polvo, hongos, pelo de animales o polen), contaminación del aire, infecciones respiratorias y ejercicio físico. El asma es una enfermedad muy común, y se estima que afecta a alrededor del 5% al 10% de la población mundial.
Por otro lado, el EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es una afección respiratoria progresiva que se caracteriza por una obstrucción crónica de las vías respiratorias. Se genera una obstrucción al flujo aéreo y una dificultad para vaciar el aire de los pulmones, lo que provoca un daño que hace que las paredes de los alveolos se destruyan, los bronquios se engrosen y los pulmones fabriquen más moco de lo normal, taponando así las vías respiratorias. Los principales síntomas del EPOC incluyen tos crónica y falta de aire. La principal causa del EPOC es el tabaquismo, aunque también puede ser causado por la exposición a otros contaminantes ambientales, como la contaminación del aire o los vapores químicos.
Consejos a tener en cuenta
Asma
- Sigue el plan de tratamiento prescrito por un profesional sanitario: El tratamiento del asma puede incluir medicamentos para controlar los síntomas y reducir la inflamación de las vías respiratorias. Asegúrate de seguir el plan de tratamiento prescrito por un profesional sanitario y tomar los medicamentos según las indicaciones.
- Identifica y evita los desencadenantes del asma: Los desencadenantes comunes del asma incluyen el polen, los ácaros del polvo, el pelo de mascotas, el moho y el humo. Identifica los desencadenantes que provocan tus síntomas y trata de evitarlos tanto como sea posible.
- Realiza ejercicios de respiración: Los ejercicios de respiración pueden ayudarte a mejorar la capacidad pulmonar y la función respiratoria. Pregúntale a tu profesional sanitario sobre ejercicios de respiración que sean adecuados para ti.
- Mantén un peso saludable: El sobrepeso puede empeorar los síntomas del asma. Trata de mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular.
- Realiza un seguimiento regular con tu profesional sanitario: Es importante realizar un seguimiento regular para controlar el asma y ajustar el tratamiento según sea necesario.
EPOC
- Dejar de fumar: si eres fumador, dejar de fumar y reducir al máximo la exposición al humo son la medida más importante que puedes tomar para disminuir la progresión de la enfermedad.
- Mantener una buena higiene respiratoria: evitar los ambientes contaminados, el polvo y los irritantes respiratorios puede reducir los síntomas.
- Realizar actividad física regularmente: la actividad física regular, como caminar o hacer ejercicios de respiración, puede mejorar la capacidad pulmonar y disminuir los síntomas.
- Controlar el peso: mantener un peso saludable puede ayudarte reducir la carga sobre los pulmones y mejorar la capacidad de respiración.
- Seguir el plan de tratamiento: es importante seguir el plan de tratamiento prescrito por el profesional sanitario, incluyendo la medicación y las terapias respiratorias.
En resumen, aunque el asma y el EPOC comparten algunos síntomas, son afecciones diferentes que afectan a diferentes partes del sistema respiratorio. Es importante trabajar con un profesional de la salud para desarrollar un plan de tratamiento efectivo y manejar la enfermedad de manera adecuada. Además, es fundamental evitar los factores de riesgo conocidos y adoptar un estilo de vida saludable para prevenir complicaciones a largo plazo.
Recuerda que desde tu farmacia podrán asesorarte desde el primer momento y realizarte un seguimiento en caso de padecer cualquier enfermedad respiratoria crónica.